Don Oscar Elizondo López, visionario, emprendedor y menor de 40 años de edad, aprovechó que México se industrializaba, a raíz de las oportunidades que ofreció el marco mundial de crecimiento, generado por el auge de la posguerra.
En aquel entonces, Don Oscar importó pinturas americanas para comercializar en México y posteriormente se asoció con un gran amigo norteamericano, químico de profesión, dedicado a la investigación y el desarrollo de pinturas.
Fue así como nació PINTURAS MONTERREY S.A. DE C.V., de una manera muy modesta, brindando empleo a 8 personas, fabricando productos orientados al mercado industrial.
En el período comprendido entre los años 50´s y 90´s la compañía continuó con un sostenido ritmo de crecimiento, logrando avanzar de forma importante en el mercado de las pinturas decorativas con la marca COPE HOGAR y ya no sólo a nivel local, sino regional. Para aquél entonces la nómina estaba conformada por 100 colaboradores y se ofrecía un muestrario de 20 colores de línea, envasados en diferentes presentaciones, tanto base agua como solvente.
Siendo un negocio familiar, a partir de los años 70´s comienzan a involucrarse en la administración la segunda generación, trayendo un nuevo brío a la organización. En aquel momento todo parecía estar bajo control, los sistemas de producción y estrategias comerciales implementados a esa fecha funcionaban perfectamente y la compañía arrojaba buenos resultados pero, el mayor reto estaba por llegar.
En 1990, se anuncia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) que es un acuerdo regional entre los gobiernos de Canadá, de los Estados Unidos y de México para crear una zona de libre comercio y ante tal anuncio, el panorama para la entonces progresista Pinturas Monterrey se volvió crítico, puesto que la tecnología más avanzada en materia de recubrimientos, estaba precisamente en aquellos países. Las opciones eran básicamente 3:
Después de un análisis profundo de la situación, incluso con asesoría de expertos extranjeros, se elige a la Calidad, como el eje de su estrategia competitiva, pretendiendo no ser la fábrica de recubrimientos arquitectónicos más grande del país, sino la mejor.
El desafío fue tan grande, que prácticamente implicó un “borrón y cuenta nueva” a todo, abarcando las áreas productivas, administrativas y de comercialización, dicho de otra manera, se enfrentó un “volver a nacer”.
La transformación
De ser una empresa regionalista (hasta en su nombre) PINTURAS MONTERREY, pasó a ser una empresa a nivel nacional, PINTURAS OSEL, S.A. DE C.V.
De tener sólo pintura a bajo costo, a ofrecer las pinturas de más alta calidad en el mercado, en varias categorías.
De vender a través de ferreterías, tlapalerías y comercios en general a introducir el concepto de Tiendas especializadas en pintura, por supuesto de la marca OSEL.
De tener 20 colores disponibles en los muestrarios, a tener más de 1500.
De tener pinturas entintadas desde fábrica a manejar bases y un Sistema de Colores.
De tener presencia a nivel regional, ahora sería a nivel nacional.
De ser una empresa con crecimiento espontáneo, pasó a ser una empresa estandarizada en todos sus métodos, procedimientos y sistemas.
En el entorno de la cúpula empresarial de la época, los temas de Calidad Total eran la gran novedad, la influencia de los sistemas japoneses de mejora continua, invadían con mucho éxito a la mayoría de las empresas de renombre en el país.
PINTURAS OSEL decidió adoptar algunos de los elementos más relevantes de las prácticas japonesas en materia de mejora continua y en 1991 implementa un sistema de comunicación visual, conocido como KANBAN, para coordinar los esfuerzos logísticos de la empresa, logrando reducir significativamente su tiempo de respuesta y niveles de inventario.
Para el año de 1992 la empresa ya había formalizado sus sistemas, procesos y procedimientos, poniéndolo todo bajo un Modelo de Calidad que contiene 10 elementos y que certifica que los sistemas de calidad implementados en toda la organización, eran una realidad que se vivía en el día a día.
Con el afán de “medirse contra los mejores” y saber si los mecanismos implementados en materia de calidad estaban apuntando hacia el lugar correcto, la empresa decide participar en el Premio Nuevo León a la Calidad, resultando que el comité calificador le otorga el reconocimiento en 1992.
No conforme con esto y en orden con uno de sus valores institucionales de “ser siempre mejores”, la empresa decide tener como referencia el Premio Nacional de Calidad y al igual que en el Estatal, el comité calificador otorga este importante reconocimiento en el año de 1993.
A la presente fecha, PINTURAS OSEL es la única empresa fabricante de pinturas que ha sido reconocida con estas dos importantes referencias de Modelos de Calidad.
En el año 2000 la compañía inaugura una nueva línea de producción que casi triplica su capacidad instalada, con equipos de alta tecnología, un proceso totalmente automatizado y además con la utilización de excelentes materiales para asegurar un proceso con máxima calidad e higiene.
En 2011 se introduce el concepto de Sugerencias Kaizen, palabra japonesa que significa “mejora continua”. Con ello se incentiva al personal a que participe inteligentemente en la búsqueda constante de acciones que le permitan realizar su trabajo de manera más sencilla, en menor tiempo y buscando la satisfacción del cliente interno y externo.
En los últimos años, más de 5500 personas: estudiantes, empresarios, clientes distribuidores directos e indirectos, profesionales de la pintura han visitado a Pinturas Osel, S.A. de C.V., con la finalidad de conocer el proceso productivo que lo hace tan exitoso y que le permite tener los mejores niveles de surtido a nivel nacional.
En 2016 se incrementa nuevamente la capacidad instalada en un 100%, logrando así responder al mercado de productos industriales y 100% acrílicos, con excelentes tiempo de respuesta.
Hoy por hoy, la compañía sigue adelante, viviendo día a día sus valores institucionales, buscando su meta y anhelando su visión, otorgando plena confianza en su personal y cuidando celosamente la atención y el servicio a sus clientes. La Calidad, continúa siendo una realidad en la forma de operar de OSEL y representa Su ventaja competitiva.
* Exclusivo mayoristas y distribuidores